
Duele como un puñal, el pecho a reventar,
el alma abatida por la realidad.
El sueño acaba y se van las fantasias;
despiertas...y estás solo...con tus manos vacías.
No es justo, ¿acaso tiene que serlo?,
esto no será justo jamás y aquí solo, siento que me estoy muriendo.
Un llanto inaudible, sin lágrimas...
llora mi corazón y mis ojos están secos,
secos como queda el árbol en otoño,
marcando el paso al crudo invierno,
lo veo venir, a mi amor le llega el invierno...
ojalá llegue pronto,
para enterrar las ilusiones de vivir una vez más.
08/03/2000